Nules conmemoró ayer el décimo aniversario de la coronación de la Virgen de la Soledat, un evento que contó con la participación de centenares de fieles, tanto en la eucaristía y las perlas (cantos de alabanza a la patrona), como en la posterior procesión, en la que estuvieron presentes el alcalde, Mario García, la corporación municipal, la reina de la Vila 2010, Sara Dualde, y la representante infantil, Lucía Bruno.

Este año, de forma excepcional, la homilía y las loas se han celebrado en la parroquia de San Bartolomé y San Jaime. El párroco, Esteban Badenes, explicó que “durante cinco días, los nulenses cantan a la deidad en unos actos que han ido aumentado la participación, haciéndose ya masiva”.

Así, tras el oficio religioso, los vecinos se volcaron en honrar a la Soledad con los rezos, en una impresionante atmósfera impregnada de solemnidad y devoción en la misma proporción.

Tras el silencio, solo roto por los cantos, se inició la procesión, sin duda uno de los momentos más esperados. La imagen de la patrona se trasladó hasta la capilla, donde esta tarde se oficiará la misa, se impondrán las medallas a los niños bautizados y se cantará el quinto día de las perlas.

CONMEMORACIÓN ESPECIAL // Tal día como ayer, un 21 de octubre del año 2000, Nules festejaba con alegría la coronación de su patrona. Tras realizar los trámites oportunos en el obispado de la Diócesis de Segorbe-Castellón, la localidad solicitó al Santo Padre la coronación de su virgen.

El párroco Badenes indicó que la noticia “supuso una explosión de alegría entre los ciudadanos”, quienes diez años atrás organizaron una gran celebración por la concesión. Esta, según Badenes, simboliza “la gracia que Dios ha puesto en nuestra virgen”.

Ayer, algunos de los asistentes recordaron el milagro que aconteció una década atrás, cuando en los municipios del alrededor llovía intensamente y en Nules el tiempo aguantó hasta que finalizó la solemne procesión.

Precisamente, la meteorología ayer fue también benigna, lo que propició que la fiesta se desarrollara a la perfección, tal como ansiaban los más devotos. Y es que el temor por la aparición de lluvias se vive cada mes de octubre.

Tal es la devoción por la patrona que la Asociación de Capelleras y Camareras creó un sello con la imagen de la deidad coincidiendo con el centenario de su fundación, el año pasado. Además, organizaron actos paralelos como una exposición sobre la trayectoria de la entidad en las celebraciones a la patrona. Entre los enseres a contemplar destacaron los vestidos de las camareras y de los ángeles que acompañan en el desfile. Asimismo, se mostraron los objetos que porta la imagen y las joyas. La propuesta fue un éxito y demostró que la festividad es ya todo un clásico de la provincia por su gran espectacularidad.