Los almazorenses se implicaron de lleno, como cada año, en la celebración de la noche más corta del año. Para ello, acudieron en masa a la playa, donde los grupos disfrutaron de sus cenas e hicieron sus ritos en las hogueras. El fuego principal ardió a partir de medianoche, momento en el que los vecinos expresaron sus deseos y se mojaron los pies en el mar.