Vinaròs celebró ayer el segundo día de la Fira i Festes de Sant Joan i Sant Pere con una jornada completa, ya que suponía la víspera a uno de sus días grandes. Uno de lo momentos cumbre fue la llegada de la Flama del Canigó, en un acto organizado por la asociación de vecinos Migjorn y en el que estuvo presente la corte de honor, la concejala de Fiestas, Carla Miralles, y el alcalde, Juan Bautista Juan. Vinaròs recibe esta simbólica llama desde 1972, por lo que el próximo año se cumplirán 40 años y esta entidad vecinal se prepara para su celebración.

Posteriormente, la Colla de Dolçaina i Tabal, en colaboración con Ball de Dimonis, el colectivo Jaume I y el Ayuntamiento volvieron a llevar a la calle el Ball de Cintes, también llamado Ball de Gitanes, que había formado parte de los bailes de la localidad y que recupera su protagonismo.

El municipio, que se encuentra en sus días más grandes y se nota en el ambiente que se respira en las calles. La celebración de la noche más mágica del año se vive de una manera diferente al resto de la provincia y los vecinos le confieren un aura especial.

El fuego de la Flama fue el que encendió la traca, que con su ruido expandió por la ciudad su mensaje de paz y felicidad. Al finalizar, se inició un animado pasacalle de dolçaina y tabal hasta el recinto ferial, punto en el que dio inicio el impresionante correfoc a cargo de los emblemático grupo Ball de Dimonis, con el mítico espectáculo La màgia del foc.

Las tradiciones se dan la mano en esa velada, por ello, los presentes disfrutaron de coc y mistela para deleitar el paladar mientras vivían una noche cargada de simbolismo. Migjorn realizó una quema simbólica de la ley que no permite la dación por pago de la hipoteca y la ley del sector audiovisual de la Generalitat en la que se basan las multas a Acció Cultural. Los grupos El Belda i el conjunt badabadoc y Svaters ofrecieron sendos conciertos y la carpa acogió una verbena. H