El buen tiempo y las ganas de fiesta se unieron ayer para congregar a un millar de falleros en la verbena de San Juan que, por segundo año consecutivo, organizó la Federació de Falles en la playa del Arenal de Burriana. La comisión organizadora de este evento se puso manos a la obra desde primeras horas de la mañana para tenerlo todo dispuesto para cuando llegasen los primeros falleros, que hicieron acto de presencia a partir de las 21.00 horas, siendo los más pequeños de cada casa los que mejor se lo pasaron en un ambiente jovial y veraniego con juegos en la arena.

La federación preparó cerca de 150 mesas con aperitivos y bebidas con el objetivo de agasajar a los 1.000 comensales apuntados a esta multitudinaria verbena que en solo dos ediciones ya se ha consolidado como uno de los actos con más participación de cuantos realiza el ente festivo.

Respecto a los asistentes, la federación contó con la presencia de las reinas falleras de Burriana, Isabel Lozano y Carlota Luna, que estuvieron acompañadas por el alcalde de la ciudad, José Ramón Calpe; el presidente de la federación, Xavier Diago; y el nuevo concejal de Fiestas y Fallas, Carlos Solá, en el que fue su primer acto oficial en la ciudad tras la toma de posesión de su cargo.

HERMANDAD // Los más hambrientos comenzaron a dar los primeros mordiscos a las 21.30 horas en un clima distendido de hermandad y risas. Al estar concebida como un ágape de sobaquillo, fueron bastantes las comisiones que optaron por acercar hasta la explanada del Mercaplaya una variada selección de la gastronomía más típica, como conejo con caracoles, tortas de todos los tipos, tortillas de patata, etc. Tras la cena, y para darle un toque dulzón al evento, la organización entregó melones por las mesas y la fiesta continuó con un bingo donde las falleras de las distintas comisiones se encargaron de repartir los cartones. Como colofón a la noche festiva, una marchosa discoteca móvil se encargó de amenizar la velada hasta altas horas de la madrugada. H