El cuerpo incorrupto del beato Recaredo Centelles volverá a su ciudad natal, la Vall d’Uixó. Sus restos descansarán junto al altar del Carmen de la iglesia del Santo Ángel Custodio, en la parte derecha de la cruzada del templo, según indicó el titular de la parroquia, mosén Vicente Borja.

En la actualidad, se encuentra en la diócesis de Tortosa, “donde fue trasladado después de la guerra, a principios de los años 40, junto a los mártires de la Sociedad Sacerdotal de Operarios Diocesanos”, explica Borja, quien añade que se los llevaron “para reconocerlos una vez introducida la causa de beatificación, que es un proceso largo”. Asimismo, señala que fue en el 2009 cuando se pidió el traslado, “tras consultar a la familia y a los sacerdotes de la localidad, que se sumaron por unanimidad a la iniciativa”.

Así, han sido dos años “de muchos trámites, ya que se nos han tenido que conceder los tres permisos necesarios, el del Papa Benedicto XVI, el del obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López, y el del obispo de Tortosa, Xavier Salinas, que es el que nos cede los restos”, indica.

La llegada del mártir se estima para “dentro de dos meses”, según Borja, quien añade que este momento es “muy esperado por la parroquia del Santo Ángel, por el pueblo y, por supuesto, por la diócesis, pues se ha trabajado mucho para traer a Centelles, que es hijo predilecto de la ciudad”.

La recepción del cuerpo será “muy especial”, ya que la Vall siente gran admiración por su convecino pues, tal y como afirma el cura, “siempre está presente en las oraciones”. El municipio irá calentando motores los días 23, 24 y 25 de octubre, con la celebración del triduo religioso en el Santo Ángel, “empezaremos los actos de un año dedicado a Centelles, una persona que es un modelo a seguir por su vida ejemplar”, adelanta el párroco.

Y es que la vinculación del beato con la Vall es muy estrecha, ya que es donde nació y cursó sus primeros estudios hasta que decidió ingresar en el seminario. Borja recuerda que destacó “por consagrar su vida al sacerdocio, por su labor como catequista y por su vocación por formar a los demás”. Además de ser buen estudiantes, su figura da nombre a un colegio de la localidad.