Esperadas son y bien recibidas serán. Las lluvias, son, sin duda, las más deseadas en la provincia, y eso que aparecieron ayer y el domingo, pero de forma muy tímida, registrando niveles muy inferiores a los necesarios para cubrir el abastecimiento de agua de la zona de Els Ports, cuyos municipios están al borde de acabar con las reservas del suministro.

Así, el catedrático en Geografía de la UJI José Quereda explicó que “el ciclo hidrológico este año está llegando tarde, por lo que hay un déficit de agua del 70% en Castellón. Así que es necesario que por lo menos caigan más de 100 litros en cuatro o cinco días seguidos para recuperar caudal”.

Hasta la fecha, las precipitaciones entre septiembre y octubre, los meses más importantes en este sentido en el Levante, solo han dejado 35 litros por m2, una cifra alejada de los 150 litros de media que se tenían que haber registrado. No obstante, Quereda es optimista e indica que “cara al jueves es muy probable que se presenten varios días de chubascos moderados, lo que supondrá una base fundamental para la recuperación hídrica de Els Ports”. Además, señala que el ciclo “podría extenderse hasta mediados de noviembre porque ha venido tarde y, de este modo, se podría acabar con la escasez”.

Esta es sin duda la mayor esperanza para los pueblos del norte. El alcalde de Ares, Francisco Fuentes, asegura que “estamos al borde de recurrir a los camiones-cubas, pero confiamos en el cambio del tiempo. Hasta el jueves podremos aguantar y, si no, pediremos las reservas”.

Otra de las localidades con dificultades, como la Todolella, también espera el viraje meteorológico. “Con los cinco litros que han caído no es suficiente, necesitamos más, calculo por los menos unos 70 con precipitaciones de intensidad”, explicó el alcalde de la localidad, Alfredo Querol.

INCERTIDUMBRE EN LAS MASÍAS // Por otro lado, en las explotaciones ganaderas se vive con incertidumbre la llegada tardía del otoño. “Solo son tormentas aisladas, necesitamos más”, explicaron desde una masía de Ares, cuyos propietarios aseguraron que quienes peor lo están pasando “son quienes cuidan de cerdos”.

Querol, que prefiere pensar que el tiempo cambiará y traerá precipitaciones estables, indicó que “las lluvias son tan esperadas que pediremos en las rogativas de primavera las pediremos”.

Por el momento, en la comarca comienza una semana en vilo mirando el cielo. Los ganaderos, los más afectados, quieren salir cuanto antes del apuro. Una situación que les dificulta sacar adelante a sus animales y cuidarlos. H