“La policía y la Guardia Civil han venido en numerosas ocasiones, incluso una vez porque estaban matando un cerdo en la terraza”, explican los afectados, que también denuncian “el robo de la correspondencia que nos dejan en el vestíbulo”. Precisamente en el portal de la finca, según explica Elisa Garrido, “thacen sus necesidades, con el consiguiente mal olor, suciedad y condiciones de insalubridad”. Para Emilio Requena, lo curioso de esta situación es que una de las familias ocupantes “tiene otro piso en el edificio, que han cerrado y están viviendo junto a decenas de compatriotas en el que les ha sido embargado”. “Como les han cortado la luz en este domicilio, han hecho un empalme de cable por la ventana del patio para tener electricidad en el que ahora están ocupando y que pertenece al banco”, afirma este ciudadano, que pide a la entidad bancaria “que ponga fin a estos problemas” en el inmueble.