El pueblo con menos habitantes de la Comunitat, Castell de Cabres, es el que más está sufriendo los efectos del frío. Ayer se cumplieron 10 días de los problemas en los depósitos y desde hace una semana no hay agua.

Ocho personas son las que conviven en el municipio, intentando aguantar esta situación. Desde principios de mes las temperaturas mínimas han tenido registros negativos, con un pico de -12 grados, y las máximas han sido de cero grados. La nieve caída el 5 de febrero aún no ha desaparecido. Eso ha producido heladas que han afectado a los dos depósitos.

La alcaldesa, Mari Paz Querol, señala: “No conocemos el alcance de los problemas y hasta que no vuelvan a subir las temperaturas no podremos evaluar los daños para saber si hay algún reventón en las cañerías”. Las bombas están averiadas y esperan a que lleguen piezas de repuesto.

Aunque la red no funciona, los vecinos cuentan en su mayoría con un depósito particular que sirve para ir aguantando con una media de 500 litros. El dueño del bar La Espiga, el exalcalde José Ramón Segura, es uno de los previsores. “Para un establecimiento como el mío tengo reservas suficientes”, indica, y añade que “el pozo aguanta y los vecinos cogen agua de aquí con un cubo que dejamos fuera para comprobar cómo evoluciona el frío”. La madrugada del lunes se congeló y dejó una curiosa forma de cubito.Incluso en una de las fuentes exteriores ni con un hacha se podía partir el hielo. Uno de los vecinos que más problemas está teniendo es el propietario del Mesón de la Vila, Xavier Queralt, que señala que está “obligado a hacer viajes con garrafas de 25 litros, esperando a que salga el sol”. Asimismo, indica que una cosa básica como ducharse la hace “lo justo, teniendo que utilizar cubos y gastar el mínimo”. Otra solución es el traslado a otros pueblos: “Los que tienen familia en Morella o la Sénia van a sus casas y se duchan”.

PÉRDIDAS EN EL CAMPO // Por otro lado, la Unió de Llauradors dio a conocer ayer que 70.000 hectáreas de cultivo se han visto afectadas por las últimas heladas y la nieve caída, lo que ha supuesto unas pérdidas cuantificadas en 70 millones de euros. Los cítricos y las hortalizas han sido los más perjudicados por la ola de frío. H