Anoche, la provincia cumplió con el ancestral ritual fallero y los monumentos desaparecieron al ser engullidos por las llamas.

Burriana convirtió ya de madrugada la última falla en ceniza. La creación que ha conseguido el primer premio, la de Don Bosco, fue la que ardió al final para iniciar un nuevo ejercicio. Y, pocas horas después, de nuevo todo volvía a la normalidad y los burrianenses se han despertado hoy con las calles completamente limpias y sin los cortes de tráfico.

A las 20.00 horas comenzaron a quemarse los monumentos infantiles y, con ellos, aparecieron las primeras lágrimas en los rostros de las falleritas. A las 22.00 horas, y divididas las 18 comisiones en cuatro sectores, comenzaron a consumirse las obras grandes. Las últimas en hacerlo fueron las de la La Mercé, L’Escorredor, Chicharro y Don Bosco. La reina fallera de la ciudad, Aida Bort, presenció la cremà de su agrupación, la del Barri Valencia y acudió también a ver la que cerraba la noche.