Los regantes castellonenses reclaman a las autoridades una mayor protección a la hora de salvaguardar elementos que son imprescindibles para el buen funcionamiento de los sistemas de riego por goteo --implantados de manera especial por las comunidades de regantes de la Plana Alta y la Plana Baixa--, después del último episodio de robos, cuya víctima, la Comunidad de Nules y Mascarell, tendrá que hacer frente a los alrededor de 30.000 euros que costará el arreglo de los desperfectos provocados por los cacos y la sustitución de los contadores de metal robados por otros de material plástico.

Asimismo, el presidente de los regantes de la provincia, José Pascual, apuesta por que se modifique la legislación actual “para que a la hora de contabilizar la cuantía de lo que sustraen los ladrones se sumen también los daños colaterales, como puede ser la pérdida de la cosecha de verduras acabadas de plantar que afectó a un agricultor como consecuencia de la imposibilidad de regar tras la sustracción de los contadores y los hidrantes que llevaban en agua a la finca”.

Pascual explica que las acciones delictivas que sufrieron los sindicatos de riegos de la provincia solo durante el pasado verano alcanzaron los “más de 70.000 euros, entre lo que se llevaron, el coste de la reparación y la pérdida de gran cantidad de agua”.

MEDIDAS // El presidente de los regantes castellonenses señala que los ladrones “se llevan del campo todo aquello que sea metálico”, máxime si se trata de cobre.

Es por ello que , tanto en las comunidades de Almassora, como de Castellón, Vila-real y ahora también Nules, se está procediendo a restaurar los contadores sustraídos por otros de plástico. Una medida esta con la que los afectados confían en “reducir los actos vandálicos y delictivos” que tienen por objetivo saquear las cientos de casetas de riego que se distribuyen por sus respectivos términos municipales. H