Cada pueblo y cada zona tiene una forma de hablar característica que lo hace único. Tanto, que se podría hacer un diccionario propio de vocablos diferenciados. Esto es lo que se le ha ocurrido al cronista oficial de Catí, Joaquim Carbó, quien ha recopilado en la obra El parlar catinenc las palabras más significativas del municipio o aquellas se han adaptado a la pronunciación de los vecinos.

El autor, tal como destaca en la introducción de su obra, pretende evitar que la despoblación lleve consigo la pérdida de aspectos de la cultura local como “las costumbres, la toponimia, el léxico o el habla”. Aparte de palabras propias de la localidad, también se ha incluido entradas adaptadas fonéticamente a la manera catinenca. Incluso en algunos casos, además de la definición, se incluye una fotografía ilustrativa.

HISTORIA INFLUYENTE // El municipio recibió su carta de población en 1239, que también fue otorgada a 40 pobladores de Zaragoza que procedían de Lleida, lo cual ha influido en la forma de hablar local, así como se ha producido en otros pueblos de la comarca.

El autor pone de relieve este dato para que el lector comprenda el por qué de las peculiaridades lingüísticas locales.

Entre otras destaca la costumbre de acabar la primera persona del presente en o y no en e, como por ejemplo canto y no cante; el enmudecimiento de la d en las terminaciones en ada (gelà y no gelada); el uso del lo como artículo (lo senyor o los quintos); o la utilización de natros y no nosaltres.

Aigumoll, xumenera, prigó, brenar, xispa, xupet o cossinyogues son solo algunas de las múltiples palabras recopiladas en esta edición. H