Borriol aprobó anoche su plan de ajuste que remitirá al Gobierno para pagar a los proveedores. En total, solicita 2,4 millones de euros, que prevé devolver “a través de lo que se saque de los aprovechamientos urbanísticos y de lo que ahorremos con la concesión de la gestión del agua a una empresa privada”, aseguró el alcalde, Adelino Santamaría.

No obstante, este reajuste incluye un “plan B” por si las medidas propuestas “no dan resultados”. Las acciones paralelas son la subida del IBI y del impuesto para vehículos. Santamaría, sin embargo, admitió que las urbanizaciones con las que se prevé recaudar dinero “están paradas por la situación económica”.

Los partidos de la oposición mostraron su total rechazo al proyecto. Según el portavoz del Bloc, Silverio Tena, este es “un abuso” y “con la que está cayendo es de ser irresponsable descapitalizar a las familias”. Y es que Tena aseguró que la subida en los tributos sería de un 25% para el agua, un 16% para el IBI, un 14% para el de coches y un 10% el de vados.

Por su parte, el representante del PSOE, Francisco Pastor, aseguró que la deuda “real” es de “4,7 millones” y que “se subirán los impuestos básicos lo que provocará un incremento de la recaudación en 500.000 euros el primer año, lo que en diez años será 89 euros por año y vecino”. H