Las casas deshabitadas que se reparten a lo largo de los 2,5 millones de metros cuadrados del PAI Sant Gregori de Burriana no se derribarán, como mínimo, hasta el verano. Y es que todavía está pendiente una reunión entre responsables municipales y el agente urbanizador con la finalidad de programar la demolición de las viviendas abandonadas que se encuentran en suelo propiedad del Ayuntamiento y de la firma.

Eso sí, más difícil será acometer el derribo de las viviendas que aún se encuentran ocupadas, aunque sea ilegalmente. Y es que para ese caso hace falta una autorización judicial para acceder a la misma, realizar el desalojo y, posteriormente, echar a tierra el inmueble en cuestión.

En cualquier caso, antes de iniciar el proceso tiene que trazar un plan para evitar cualquier problema o altercado ya que si bien muchas de esas construcciones están deshabitadas, también es cierto que un importante porcentaje sí lo están y por familias enteras e incluso con hijos en edad escolar, lo cual es una dificultad añadida.

La larga tramitación del PAI ha favorecido este tipo de asentamientos, ya que las propiedades de los terrenos han cambiado varias veces de nombre y hasta que no se realizó la inscripción de las parcelas definitivas en el Registro de la Propiedad, llevar a cabo una intervención era algo “muy complicado, porque debe ser el dueño el que defienda su derecho de propiedad”, apuntó en su día el alcalde de Burriana, José Ramón Calpe. Ahora, el obstáculo es que muchas de las casas tienen inquilinos “y no es solo acceder a la parcela y derribar la vivienda”.

Desde la empresa se ha informado de que algunos propietarios de terrenos también se han dirigido a ellos para que en el momento en el que empiecen los trabajos de derribo, también se ejecuten estos en sus parcelas para, de ese modo, evitar futuros problemas. No obstante, ahora mismo el agente urbanizador, Bankia y el Ayuntamiento son los mayores propietarios de terrenos en el PAI Golf Sant Gregori.