El concejal de Urbanismo de Benicarló, Pedro López, se ha marcado como meta aprobar el Plan General de Ordenación Urbana en esta legislatura. Así lo aseguró ayer en su comparecencia para hacer un balance de los últimas reuniones mantenidas, la primera con el equipo redactor y, la segunda, con el director general de Evaluación Ambiental y Territorial, Juan Giner, que han servido para poner sobre la mesa la “voluntad” de encontrar una solución final” a una tramitación que se ha retrasado, en buena parte, por la dificultad de las negociaciones con los vecinos.

Otro de los escollos para conseguir una ordenación “coherente y adecuada”, según López, es el enorme grado de consolidación existente en la zona norte y, especialmente, en la partida Sanadorlí. En este sentido, el edil trasmitió un mensaje tranquilizador al admitir que el ejecutivo local ha descartado llevar a cabo algún derribo, “todo lo que está construido se mantendrá”, indicó el edil, aunque avanzó que el consistorio aplicará unas sanciones urbanísticas más duras. “No aceptaremos una construcción ilegal más”, sentenció, con el objetivo de “no agravar más el problema”.

Por ello, hizo un llamamiento a la concienciación de la ciudadanía. “Se están sentando las bases para plantear un desarrollo sostenible y ordenado, todavía queda mucho meses para ir fraguando el PGOU y los vecinos tienen que entender que todos debemos colaborar en ello, cualquier edificación que no cumpla con la normativa se parará”, indicó.

EJEMPLO // El regidor puso como ejemplo que en la partida Sanadorlí hay casas muy próximas a la carretera, “esto limita el ancho de la vía, que no podrá ser superior a los seis metros”, apuntó.

López destacó la “buena voluntad” demostrada por parte de los representantes de la Conselleria de Territorio. “Es de agradecer el talante con el que atendieron nuestras propuestas y se ha diseñado un calendario de trabajo para agilizar el proceso”, explicó. De hecho, ya se ha concertado una cita para el 11 de abril para abordar los usos de terrenos. H