Vallibona cumplió ayer el voto que se celebra cada siete años desde hace siete siglos de visitar a sus hermanos de Pena-roja de Tastavins en la Matarranya turolense.

Las calles esta localidad de Els Ports se quedaron pequeñas a primera hora de la mañana. Más de 1.000 personas participaron en esta romería de encuentro tan especial que recorre tortuosas vías durante más de 40 kilómetros. La niebla acompañó a los romeros y la lluvia también hizo acto de presencia durante el camino.

La iglesia de la Mare de Déu de la Asunción sirvió como punto de partida para dar comienzo a esta tradición que nació hace 700 años con el objetivo de emparejar a los vallibonenses solteros.

A continuación, en la subida al depósito, los organizadores repartieron el típico pastisset y aguardiente o moscatel entre todos los asistentes que iban precedidos por una docena de caballos.

El recorrido hizo parada en algunos de los puntos más pintorescos de la zona: El paraje natural de la Tinença, Castell de Cabres o Coratxà, donde 850 personas disfrutaron de una comida de hermandad. Ya por la tarde, los romeros llegaron a Pena-roja, donde se celebró el reencuentro con los vecinos de la localidad. Allí tuvo lugar el intercambio de las varas de mando de los dos alcaldes. El plato fuerte de la celebración fue el homenaje a la Virgen María de la Fuente en la ermita que lleva su nombre. Quizás esta vez, como en el s. XIV, surja de nuevo el amor. H