Que un toro salga bueno es como que te toque la lotería. Podrías estar jugando toda la vida y no te tocaría nunca o, quizá, tirarías la quiniela una vez y ganarías el premio gordo. A Almassora no le tocó el cuponazo en la segunda de feria, sino el campanazo. Y no solo por la ganadería elegida.

Las peñas Pirula, El Polp, Bocao, Tokatera, Gamusino y Trifulka están tocadas con la varita mágica. Tras recoger el trofeo al Mejor Toro de las pasadas fiestas del Roser salió al ruedo Cigarrero, marcado con el nº 100 y el hierro de La Campana, echando más chispas que humo en una emocionante salida en la que apretó a Borja. Poca envidia puede tenerle el Román Sorando que, madrugador, abrió la jornada taurina en sesión matinal. La vibrante salida del número 51 del hierro jienense se vio empañada por la cogida del rodador local Luis Pachés al salir de la segunda rodada con la que lo recibió chaqueta en mano. Trasladado de inmediato a la enfermería, fue operado por el doctor Traver de una cornada limpia de 20 centímetros en el costado, de la que el joven aficionado ya se recupera favorablemente. Mientras tanto, Tonoso hizo marcha en el recinto, respondiendo a los cites y humillando a quiebros.

El tiempo respetó una tarde que abrió Tirador, número 21. César Palacios esperaba al astado, pero el ejemplar salió escopeteado. El negro chorreado resultó noble y trabajó bien sobre la arena.

Cerró filas Chivatillo, el último de la corrida de Román Sorando que faltaba por lidiarse en la calle. Marcado con el número 13, el toro del Barrilet, Penjats, Gavell y Retiro, tuvo como anfitrión a Raulillo que lo templó con sendas rodadas. Se arrancó de largo en la plaza de La Picaora y saludó a los residentes del casco antiguo durante su exhibición.