“Pensaba que me iba”, con esta contundencia relataba Eliodoro Amidi Sevilla, más conocido como Eli, el instante de su cogida en Almassora. El castellonense, a pesar de solo tener 17 años, es un gran aficionado a los toros, y ayer mientras esperaba en su habitación del Hospital General de Castellón a que lo bajaran a quirófano para intervenirle el brazo, ya solo piensa “en volver a torear cuando me recupere”.

Su madre, que le acompaña junto a la cama, no es de su misma opinión y confiesa que durante las últimas semanas, tanto ella como su padre, intentaron organizar actividades que alejaran a Eli de los ruedos.

Según cuenta el menor, “alguien me cogió del brazo y me hizo caer, fue entonces cuando el toro me embistió, estuvo como media hora conmigo”.

La misma sensación de angustia tenía la madre de Héctor Albiol, un castellonense de 33 años, muy poco aficionado a los toros pero que fue a Almassora a ver a unos amigos. Un descuido hizo que el segundo toro de la noche lo hiriera, “aunque él no lo recuerda porque perdió el conocimiento”, como comenta su ahora aliviada progenitora. Héctor comparte habitación con Juanma Sánchez, el tercer afectado y un gran aficionado que no se pierde un San Fermín. H