El Ayuntamiento de Burriana lleva un año para recepcionar una obra de la urbanización de la avenida Argila y no la recibe por culpa de una torre de la luz que está en medio del vial, con lo que la conexión con la Avinguda del Transport sigue inutilizada. En estos momentos, y pese a que incluso están pintadas las líneas de tráfico sobre el asfalto, una señal prohíbe el paso y solo permite el acceso a los vecinos.

Según explicó el edil de Vía Pública, Javier Perelló, hay una diferencia de criterios y, por lo tanto económica, que impide la retirada de la torre, ya que la compañía eléctrica exige el pago de una cantidad de dinero que el urbanizador no quiere asumir y de ahí que nadie toque la torre y que la avenida esté cerrada al tránsito de vehículos. Una de las soluciones que se apuntan va encaminada a una prorrata de gastos con los propietarios de parcelas, aunque estos tampoco están muy de acuerdo, puesto que ya abonaron lo que en su día se solicitó.

Lo único cierto es que el poste, un año después, sigue en el centro del vial y este permanece cerrado al tránsito. No obstante, sí que es utilizado por los vecinos de la zona que esquivan los bolardos instalados. La avenida debía servir para aligerar el tráfico de la carretera de Nules.

Es lo único que le falta a una obra de urbanización que, en cuanto tenga el poste retirado, será inspeccionada por los técnicos y recepcionada.

Cabe recordar que después de muchas disputas y diferencias entre propietarios de los terrenos y agente urbanizador, finalmente el 3 de enero de 2011 se pudo derribar la parte de las viviendas de L’Hereu que recaían sobre la vía pública. De inmediato se acometieron las labores de urbanización que hoy, un año más tarde, siguen sin estar finalizadas.