El mercado de la trufa ha arrancado con poca fuerza en Els Ports. Como marca la tradición, a mediados de noviembre se da el pistoletazo de salida a una nueva campaña en Morella, cumpliendo su 51 edición. Por el momento, el producto es de baja calidad y se ha encontrado muy poco.

No obstante, todavía no han llegado las semanas en las que se intensifica la búsqueda. Las últimas precipitaciones han dejado cifras considerables en la comarca, lo que dificulta la recolección del conocido como oro negro. Anoche se vivió el inicio oficial en el mercado morellano y los precios estuvieron alrededor de los 100 euros el kilo. “De momento son estimados y el sector espera las cifras que marquen los franceses, que se pronunciarán a partir de la próxima semana”, según manifiesta Jorge Membrado, uno de los participantes en la feria y presidente del Consell Regulador de la Trufa de Morella.

LA TRADICIÓN // Los mercaderes del siglo XXI se juntan casi a medianoche, después de cenar, siguiendo el ritual de costumbre. Pesan los hongos con viejas balanzas y marcan un precio. Pero la campaña comienza con unos mercadillos “simbólicos” por la falta de producto, según señala Membrado. En algunos casos, en las primeras jornadas se entrega la trufa y se acuerda que se pagará dependiendo de la evolución que tenga el precio francés.

El jueves también hubo movimiento en el mercado de Benassal, en el que participó el morellano. “Las que se vieron no eran demasiado buenas”, detalla el experto. De nuevo, se espera una campaña “floja”, pero las recientes lluvias podrían incrementar la calidad del hongo. El evento morellano, que se cerró el pasado marzo, lo hizo de forma pésima en una de las peores campañas de los últimos años.

Las anomalías meteorológicas, con la sequía del verano y las temperaturas altas hasta principios de octubre, tampoco son buenos aliados, pero la lluvia de este mes podrá contribuir a mejorar el aroma. Sin embargo, no ayudará a incrementar la producción. H