Benicàssim vivió ayer uno de sus días más tradicionales de las fiestas de Sant Antoni Abat y Santa Àgueda con las hogueras y el reparto de 24.000 coquetas. Tras una jornada de lo más tranquila, el municipio se iluminó a las 19.00 horas con el encendido del fuego que comenzó a dar calor en una gélida noche de invierno.

Centenares de vecinos asaron la carne en la calle para disfrutar de una cena divertida en buena compañía en sus locales y bajos, dándose cita desde los más pequeños hasta los más mayores.

La tradición se adueñó después de la localidad impregnándose en el más arraigado espíritu festivo de los benicenses que contribuyeron un año más a mantener vivas sus costumbres. Así, decoraron y adornaron sus carros todo el día, tratando de recrear una época pasada en la que la agricultura era más protagonista y sacando de nuevo de sus armarios esas vestimentas de antaño que ahora solo se ponen en estas fechas.

Los participantes se concentraron a las 21.30 horas en la calle Santo Tomás. El acto de bendición y reparto de la coqueta por parte de la reina de los festejos, Sara Ferrando, y de las damas, que estuvieron acompañadas por la concejala de Fiestas, Carolina San Miguel, dio comienzo a las 22.00 horas y se extendió durante dos horas en las que pasaron miles de personas por el estand situado frente a la iglesia de Santo Tomás para recoger el típico dulce festivo. Como anécdota, la espantada sin consecuencias que protagonizaron tres caballos que descabalgaron a sus jinetes en el tropell y que se recuperaron por los alrededores del Voramar. H