El maestro pastelero Pablo Julián Requena, gerente de la Pastelería La Palma, ha inaugurado esta tarde en el salón de sesiones del Ayuntamiento el ciclo de conferencias de la decimocuarta Mostra de Qualitat Agroalimentària de la Plana, organizado conjuntamente por la Concejalía de Agricultura y la Cooperativa Agrícola Sant Josep.

El concejal de Agricultura y primer teniente alcalde, Juan Granell, ha abierto el turno de intervenciones ante un repleto auditorio y junto al presidente de la cooperativa, José Montoliu; la presidenta de la Asociación de Amas de Casa y Consumidores de Burriana, Tere Calpe y Juan José Piqueres, del comité organizador, quien ha sido en encargado de presentar al ponente con una breve reseña biográfica.

Pablo Julián ha repasado la historia del negocio familiar ayudándose de una proyección de fotografías y documentos de los casi 100 años de la Pastelería La Palma, que abrió sus puertas en El Pla en 1918.

Julián ha narrado cómo su abuelo paterno, Pablo Julián Artigot, natural de Gea de Albarracín (Teruel), aprendió el oficio en una pastelería de unos familiares en Alzira y cómo se trasladó años más tarde a Burriana, cargado de materias primas, para instalarse en un local de esa misma familia junto al Jardín del Beso tras apalabrar su traspaso, finalmente frustrado al echarse atrás sus responsables.

"Tras la negativa, se vio con toda la mercancía y sin local, y caminando por Burriana encontró una pastelería en el número 23 de la entonces plaza de San Fernando, ahora El Pla, regentada por Felipe Sales, a quien ofreció la materia prima y éste, al saber de su situación, le propuso adquirir su pastelería. Acordaron un precio, y así nació la Pastelería la Palma en 1918", ha desvelado Pablo Julián.

Con los años, Pablo Julián Sabater, segunda generación de La Palma y padre de Pablo Julián Requena, se hizo cargo de la misma pero amplió sus horizontes al formarse en la prestigiosa Escuela Profesional de Confitería y Pastelería de Sant Cugat del Vallés (Barcelona). Además de reformar y modernizar el local, participó en distintos concursos a nivel europeo en los años 60, en los que obtuvo distintas medallas de oro y plata (Niza, Estocolmo, Madrid, Londres, entre otros). Tras fundar el Gremio de Pasteleros de Castellón, que años más tarde le otorgarñia la medalla de oro, se jubiló en 1989 y cedió el negocio a su hijo.

Pablo Julián Requena aprendió de su padre y se formó también en Sant Cugat, además de en Valencia, Córdoba, Madrid o Andorra, lugares en los que pudo enriquecerse con el buen hacer de grandes maestros pasteleros. Bajo su gerencia y por problemas estructurales, se vio obligado a derribar y reconstruir el inmueble de El Pla, reinaugurado en 1992 y que incorporó una cafetería.

Pablo Julián ha destacado hoy la apuesta de esta pastelería por los productos de primera calidad, "siempre primando la calidad por encima del precio y cuidando la elaboración con esmero y cariño para hacer disfrutar a los clientes del trabajo bien hecho".

A lo largo de su historia, Pastelería La Palma ha incorporado al dulce de Burriana distintas creaciones, como los famosos merengues de café, los rollos de Sant Blai, las mocas de café, la fabiola o los lacitos, y también importó la tradición valenciana de la mocadorà, que en Burriana se ha convertido en una tradición el día de Sant Dionís (9 d'Octubre).

Terminada la conferencia, y tras una ovación por parte del público, los asistentes han podido degustar un ágape y zumo de naranja natural recién exprimido en el hall del Ayuntamiento.