El Ayuntamiento de Burriana va a iniciar el proceso para ejecutar el aval bancario que la empresa Urbasur Siglo XXI SL depositó como garantía de la urbanización de la Unidad de Ejecución B-2. Se trata de una Unidad Especial ubicada entre la ronda Música Ibáñez y los colegios Villa Fátima, Penyagolosa y Hortolans. Los trabajos llevan paralizados cerca de cuatro años.

El proyecto se adjudicó a la mercantil en el 2006 y aún está a medio construir. Además, ya presenta deficiencias derivadas de la paralización de las obras durante siete años. Entre otros aspectos, faltan el tendido eléctrico de la iluminación pública, el asfaltado de los viales y parte de aceras. Se preveía que en el 2009 estaría listo, pero no se ha edificado ninguna de las 400 viviendas anunciadas, incluidas las de protección pública.

El edil de Urbanismo, Juan Granell, apuntó que se toma esta decisión “ante la situación de la zona y al no ejecutar las actuaciones el urbanizador, que las tiene paralizadas suficiente tiempo”. “Cuando esté libre, el Ayuntamiento decidirá cómo termina las labores”.

El principal problema, reconoció el responsable de este área, es que, “con el dinero del aval, no habrá suficiente como para terminar la unidad de ejecución”, pero añadió que, además, hay que tener en cuenta “las deficiencias provocadas por la paralización”.

Por este motivo, se plantean diversas opciones. Entre ellas, que la finalice el propio consistorio o se busque a otra firma y cobre las cuotas que aún restan por pasar a los propietarios de la zona.

Ya en su día el alcalde reconoció que había “muchas cuotas pagadas por la gente” y con la resolución del contrato se busca “que los ciudadanos afectados logren tener las parcelas urbanizadas”. H