Almassora puso ayer los cinco sentidos en la última jornada de las fiestas en honor a la Mare de Dèu del Roser. La Festa de la Caragolà y el musical de Nino Bravo centraron la programación, que comenzó a primera hora con el concurso de pesca en la playa.

Alrededor de 300 personas participaron en la cita gastronómica, que contó con 31 sabores distintos gracias a las recetas elaboradas con caracoles por los vecinos. El jurado del evento afinó el gusto para premiar la más suculenta, la de Francisco Colomer.

Los 400 canarios del concurso de canaricultura dejaron de oírse en El Mercado coincidiendo con la entrega de los premios con la presencia de las autoridades. Lo que sí se oyó a partir de las 20.00 horas fue la música de la UIM La Esmeralda, que unida a las voces de Felipe Garpe, Javier Esteban y Laya Benaches, ofrecieron un musical especial de Nino Bravo.

Las promesas del toreo provincial tomaron la plaza Mayor a las 17.00 horas. Los aficionados se volcaron con el novillero local Jonathan Varea que toreó en una clase práctica con Iván Jiménez y Sedano Vázquez. La terna dio la vuelta al ruedo tras demostrar sus dotes con capote y muleta ante novillos de Manolo Beltrán, Daniel Ramos y Pedro Ventaja, que fue el más complicado. El castillo dijo adiós a los festejos, al tiempo que lo hacían la reina, Laura Alguacil, y sus damas, Andrea, Yaiza, Alba y Andrea. H