El proyecto que pretendía fomentar el uso de la bicicleta en Burriana se ha quedado en el aire y en una inversión sin aprovechar, de la que, al menos quedan los varios kilómetros de carril bici que a lo largo de la última década se han construido en el municipio. Se trata de tramos sueltos y a los que hay que acceder desde vías no seguras para los ciclistas, como la carretera del Grao, que no tiene arcén ni tampoco se ha completado la conexión radial por la localidad. Este proyecto estaba previsto con calles de uso exclusivo para peatones y bicicletas.

La iniciativa comenzó en el 2004 bajo la denominación Burriana en bici y contó con una inversión de 30.000 euros para la adquisición de 50 bicicletas. El proyecto contó con la implicación del Ayuntamiento, la Policía Local y el IES Llombai, y se tomó como base un estudio de la UPV del año 2001. El plan hacía una previsión a 12 años vista para su implantación por etapas con el fin de perseguir una ciudad “más habitable, impulsar el desarrollo sostenible y una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos”.

Pero solo seis años más tarde ya se vio que no cuajaba entre la población y el consistorio anunció una campaña para relanzar el proyecto, implicando a la Concejalía de Turismo. De hecho, hasta el día de hoy, este es el único punto en el que se puede conseguir una bicicleta prestada.

Tres años más tarde, todo ha quedado en agua de borrajas y aunque se ven circular de manera esporádica los ciclos municipales adquiridos en su día, son más bien testimoniales. Un par de ellas las utilizan funcionarios municipales para desplazarse en cuestiones de trabajo. Otras cuatro bicicletas, según confirmó la concejala de Turismo, Belén Sierra, están en la Tourist Info y se prestan a los eventuales turistas que quieren realizar una visita por las ermitas locales. El resto se acumulan sin poderse utilizar en el almacén municipal, ya que a lo largo de estos años han servido como recambio de piezas para las que todavía están en uso. H