Visto para sentencia. Así ha quedado el juicio que ayer se celebró en el Juzgado de lo Penal nº 1 de Vinaròs contra el constructor y el promotor de unas casas de madera en el cámping Ribamar, en el núcleo costero de Alcossebre.

Según ha explicado a Mediterráneo Juan Luis de Javier, responsable de Arca Ibérica de Alcossebre, una entidad nacional de protección del patrimonio y el medio ambiente, “se percibe que el promotor y constructor de las obras de reforma del cámping ha vulnerado la normativa del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Natural de la Serra d’Irta, al construir unas casas de madera sobre unos forjados de hormigón”.

De Javier explicó que la sesión se centró en “conocer si el cámping disponía de la preceptiva licencia de obras por parte del Ayuntamiento, aunque el promotor reconoció que no, que no se la habían concedido”. De hecho, explica que desde el negocio de acampada “se pidió un permiso a la Conselleria de Turismo para asentar unas 30 casas de madera, ya que se trataba de un establecimiento turístico”.

El Ribamar se encuentra emplazado en pleno Parque Natural de la Serra d’Irta y en el 2007 se iniciaron obras con forjados de base de hormigón, para apoyar las casetas, por lo que vecinos de urbanizaciones colindantes al parque se interesaron por la legalidad de esta construcción, ya que a ellos no se les autorizaban nuevas licencias para nuevas edificaciones en esta zona. H