La crisis golpea fuerte a los artistas falleros de Burriana, que ven cómo a la bajada de los presupuestos que destinan las comisiones a los monumentos se suma el aumento de los impuestos que hay que pagar al Estado, sobre todo debido a la subida un 13% del IVA.

Con estos cánones, la rentabilidad está más que discutida y algunos creadores incluso comienza a prever que es posible que después del 20 de marzo cierre algún taller. En estos términos se expresó ayer un veterano artesano burrianense, Luis Herrero: “Estamos trabajando con mucho menos dinero y pagamos más tributos. Si antes conseguíamos un jornal en un ejercicio bueno, ahora ni eso, y no sé ni cómo estamos aguantando todos. Uno u otro tiene que reventar porque esto no puede seguir así”.

Por eso, “aunque parezca drástico”, asegura que “la única solución es que se empiecen a clausurar espacios de trabajo porque no vamos a disponer de más fondos y tampoco van a bajar las tasas”. “Así no cuadra nada, aunque suene fuerte, hay muchos centros artísticos que deben cerrar”.

Y es que el afán por asegurarse faena cara al siguiente ejercicio lleva a los diseñadores a plantar una obra mayor de la que correspondería a la cantidad contratada. “Creo que se han firmado fallas que no se instalarán. Se están haciendo más tareas de las que se pueden ejecutar, porque este sector es muy competitivo”, afirmó.

Herrero hace un paralelismo con el fútbol e indicó que “si ganas eres el mejor, pero si no, te sustituyen por otro. Aquí, o consigues buenos premios o te vas a pique”. Y en ese afán de lucha se fomenta la “deslealtad” y que algún artista busque ahorrar gastos en impuestos o seguros de personal para invertirlos en la pieza.

Con un panorama tan negro, la cuestión es por qué aguantan. Según Herrero, “yo no tengo más remedio que resistir. Tengo mi taller y este es mi oficio. Tengo claro que si pudiese acogerme a otro trabajo me dejaría este, pero no tengo más remedio que seguir”.

NUEVOS TALENTOS // Pero contrariamente a lo que podría parecer, no se ve a los estudiantes que cursan el módulo de Formación Profesional como unos rivales más, sino todo lo contrario, ya que considera que “estos nuevos artesanos podrán ser mejores que los que estamos pero, primero, tendrán que aprender y me parece perfecto que quienes quieran hacer ninots, como ocurre en otras ocupaciones, se les exija unos estudios para poder ejercer”.

“Los monumentos son complicados porque nos toca saber de 40.000 cosas y las hemos ido aprendiendo con experiencia. Creo que eso será bueno, porque no será tan fácil que una persona pague su autónomo y ya pueda plantar su creación”, afirmó. H