Vinaròs vivió un pleno de lo más caldeado, con cruce de acusaciones entre el equipo de gobierno del PP y la oposición. El portavoz del ejecutivo local, Lluís Gandía, acusó al representante de Esquerra Republicana, Lluís Batalla, de llamar al alcalde, Juan Bautista Juan, “cabrón tras no aprobarse la urgencia sobre una moción”.

Sin embargo, Batalla negó que le profiriera este insulto: “En ningún caso ha salido de mi boca esta expresión gravísima, tanto como si se dice como si se afirma que se ha aseverado”. Y, por ello, el regidor dijo que “le doy la oportunidad al PP de rectificar sobre algo que no he pronunciado”.

Pero se da la circunstancia de que otros concejales que estuvieron presentes en la sesión aseguraron a Mediterráneo que sí habían escuchado esta palabra.

Así, el portavoz del Bloc, Doménec Fontanet, denunció que “mi compañero y yo lo oímos y opinamos que no se deben perder las formas. Lamentamos que se digan este tipo de adjetivos”.

Por su parte, la edila del PVI, María Dolores Miralles, explicó que “se vivieron momentos muy tensos y, justo tras la votación de una propuesta, fue cuando Batalla pronunció el improperio”.

No obstante, también indicó que “Juan le dijo antes de debatir y justificar una moción que iban a votar en contra y en varias ocasiones se refirieron a él, lo que tampoco me parece correcto”. Este diario intentó contactar sin éxito con el líder del PSOE, Jordi Romeu, para sondear su opinión.

Con todo, Batalla insistió en que es “víctima de una campaña de desprestigio, en la que incluso han cuestionado mi profesionalidad en el trabajo y a mí como persona”. Pero, para Gandía, “utiliza los insultos y la descalificación ante la falta de argumentos”.

La guerra dialéctica y la polémica está servida en la ciudad. H