Cuentan que todo torero sueña con revivir la faena que Antoñete fraguó en Las Ventas con el toro Atrevido de Herederos de José Luis Osborne. Ayer la peña El Caragol puso al alcance de los toreros de calle esa quimera con su apuesta por el hierro sevillano, que dio la alternativa a la tercera tarde taurina de Santa Quitèria.

Le hizo los honores de probarle la embestida Borja como ganador del Mejor Recorte de Salida de las pasadas fiestas del Roser. Expresivo, marcado con el número 8, basó la mayor parte de su lidia en la calle San Vicente sin rastro de la sangre de su antepasado. Le insistió Richard con la chaqueta y también los componentes de las collas Sambori y El Sorbete con paños rojos desde las talanqueras. Sin embargo, la esperanza de la tanda soñada tan solo se quedó en el color verde de la divisa.

La suerte salió esta vez del cajón desde La Picaora. Raulillo midió bien con el de Hermanos Fraile Mazas, número 24, con sus patrocinadores atentos desde los cadafals de Numereu-vos, Més que Amics, Om-Blanch, Suso, Gandia, l’Engravà y El Pardal. El ejemplar tuvo movilidad y respondió cuando le citaron, como desde la colla El Petet. Precisamente algunos de sus componentes lucían ayer la camiseta de El Comboi, que aportaron el último toro de la tarde.

César Palacios templó al Julio de la Puerta en la plaza Mayor y recorrió el recinto, aposentándose en la Picaora hasta su cierre.

A las 18.00 horas la música tradicional comenzó a sonar en la plaza Pere Cornell con los bailes de la AC El Torrelló; mientras que el centro de la tercera edad acogió un baile con Rosi Palmer. “Las fiestas son motivo de diversión para vecinos y visitantes y es por eso que el programa incluye actividades de todas las edades”, dijo el alcalde, Vicente Casanova. H