Ramas de olivo y palmas lucieron ayer en todos los pueblos de la provincia de Castellón para celebrar el Domingo de Ramos, la festividad antesala de la Semana Santa. Miles de vecinos, especialmente niños, salieron a las calles para bendecir sus ramilletes.

Una de las localidades que no se quiso perder la fiesta fue l’Alcora. Los ciudadanos se dieron cita en la plaza de San Francisco para participar en el desfile de cofradías y autoridades. En la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, se celebró una solemne misa y se consagraron las palmas de los asistentes.

También Moncofa vivió este día. Sus habitantes respondieron con una gran participación en la procesión. La cruz fue uno de los elementos principales del recorrido.

En Vinaròs, tenían la vista puesta en el cielo, tras la intensa lluvia de la noche anterior. Sin embargo, la mañana despertó con un sol espléndido que permitió el desarrollo de este acto. La Arciprestal congregó a numerosos vecinos, que partieron en procesión. Más multitudinaria aún fue la celebración en la parroquia de Santa Magdalena, en la que se celebra la tradicional procesión de la borriquilla, acompañada de la banda de cornetas y tambores de la Cofradía de Jesús Cautivo.

En Peñíscola, los protagonistas fueron los más pequeños, ya que encabezaron la comitiva con sus vistosas palmas de colores. Emotiva también fue la celebración del Domingo de Ramos en otros municipios, como Burriana, Orpesa, Nules o la Vilavella. Informan J. Nomdedeu, J. Martí, J. Flores y B. Roig. H