La Conselleria de Educación no considera necesario implantar otro Bachillerato en el Alt Maestrat (este año se ha implantado en Vilafranca, municipio incluido oficialmente en esta comarca, pegado a Els Ports), como solicitan siete alcaldes de la zona para evitar la despoblación que padece el territorio. Se trata de los munícipes de Benassal, Mari Luz Monterde; Albocàsser, Antonio Querol; Ares, Abelardo Tena; Catí, Pablo Roig; Culla, Víctor Fabregat; Vilar de Canes, Aurelio Pitarch; y la Torre d’en Besora, David Vicente, que han remitido el Manifiesto por la Educación en el interior del Alt Maestrat al conseller de Educación, Vicent Marzà, a quien solicitan una cita para poder argumentar con detalle dicha demanda.

No obstante, el departamento autonómico no ve viable esta propuesta. Fuentes de Educación manifestaron a este periódico que este curso, al servicio que se presta en el IES de Vall d’Alba, se ha sumado el de Vilafranca, «atendiendo a las necesidades y la demanda de alumnado de los municipios implicados». Argumentan que con estos dos bachilleratos ya «se da un servicio educativo óptimo a todas las poblaciones de los alrededores». Y no contempla nuevos, ya que «no existe una demanda por parte del alumnado que indique que hay necesidades de implantar más».

petición // La respuesta de la administración autonómica choca con el manifiesto remitido por parte de los siete munícipes de la comarca, que pretenden «evitar la despoblación en el territorio». Los alcaldes aseguran que «hay una deficiencia importante en el mapa escolar, que obliga a los alumnos a realizar largos desplazamientos y ello repercute en la calidad de la enseñanza».

En este sentido, afirman que la implantación en Vilafranca se realizó a través de un acuerdo de la Generalitat con Aragón y no afecta para nada a los alumnos de sus municipios, que siguen desplazándose a Vall d’Alba para ir a clase. Lamentan que los alumnos de Bachillerato realizan largos desplazamientos. Por ejemplo, los de Culla suben al bus a las 6.50 horas, pasan por los otros municipios afectados y llegan a las 8.30 horas al IES de Vall d’Alba. Por la tarde, tras la jornada escolar, repiten el trayecto a la inversa. Los que viven en Culla, punto de inicio y final, completan tres horas y media al día.