La costumbre se mantuvo una vez más y cientos de peñiscolanos acudieron a la ermita de Sant Antoni para vivir la tradicional romería, que se celebra cada domingo siguiente a la Pascua, y que supone una de las fechas más importantes del calendario anual en el municipio. Desde primera hora de la mañana, los participantes fueron llegando a este recinto, situado en plena Serra d’Irta, para coger sitio en las inmediaciones y esperar a la llegada de la peana del santo. La imagen, portada por mujeres, hizo un recorrido de cinco kilómetros, desde la parroquia de Santa María, tras la misa de las 8.30 horas.

El interior de la capilla del ermitorio se quedó, como de costumbre, pequeño para albergar a todos los fieles de la misa mayor, que arrancó a las 11.00 horas, y finalizó a las puertas del templo con la bendición del término, a cargo del antiguo párroco, Manel Doménech. A partir de ese momento se sucedió la vertiente más festiva de la jornada, con el baile del mediodía, la venta de tíquets para la paella y el reparto de cerca de 1.000 raciones para los asistentes. Los comensales abonaron la cantidad de un euro por plato, destinado a la Asociación Pro-Ermita de Sant Antoni, que desde hace cuatro décadas vela por la puesta en valor y el mantenimiento continuo de este trozo de patrimonio peñiscolano. Un acto que estuvo pendiente del incendio de un coche a las cercanías del ermitorio (más información en la página 23).

FINAL FESTIVO // Sobre las 17.00 horas arrancó la segunda parte del baile, que finalizó con la puesta del sol. Hoy en Peñíscola es jornada festiva local, por la celebración de Sant Vicent, con lo que serán muchos quienes dediquen este día a recuperarse tras este intenso programa vivido ayer.