El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente presidió ayer la misa en la parroquia de la Esperanza de Teresa, donde el martes pasado se profanó la eucaristía conservada en el sagrario. Ante una asamblea procedente de diversas poblaciones, el prelado pidió que este «momento doloroso sea también de reflexión, valoración e interpelación». Además, añadió que el Señor «golpee nuestro corazón para que valoremos el don de la Eucaristía».

López Llorente reconoció que, en el interior, los pueblos se vacían mientras el número de sacerdotes se reduce, pero al mismo tiempo mantuvo la determinación para que los templos se abran y mantengan su ritmo diario. Por ello es necesario una renovación en la valoración de la Eucaristía: «El Señor está con nosotros, en el sagrario, para hablarnos, consolarnos, enseñarnos el camino hacia el Padre y la vida en abundancia». La referencia a los hechos, que han conmocionado a la localidad, se hizo en la primera parte de la misa, para proseguir la liturgia propia de los domingos con normalidad.

El alcalde de Teresa, Ernesto Pérez, explicó que cuando un grupo de feligreses entró en la iglesia para preparar la fiesta de San Isidro, patrón local, descubrieron el robo y la profanación. «No acabamos de entender el motivo, y estamos muy preocupados», declaró. Además del hurto cometido, los ladrones se dedicaron a abrir el sagrario y los copones, para esparcir las formas por el suelo. Una situación que el obispo calificó de «sacrilegio contra el mayor tesoro que tienen los católicos». Teresa tiene menos de 300 habitantes estables, pero tanto durante los fines de semana, como en vacaciones puede llegar a triplicar su población.

SOLIDARIDAD

Numerosas parroquias se unieron al acto de desagravio y reparación en el día de ayer. Hubo una misa en el Santo Ángel de la Vall d’Uixó mientras que, por la tarde, tuvo lugar en Santo Tomás de Villanueva. Hoy, el arciprestazgo de Vila-real se congrega en un culto y procesión con este motivo, en los preparativos de la fiesta del patrón diocesano, Sant Pasqual.