Pasadas las seis de la mañana de ayer jueves, se apagaba el corazón de la mujer más longeva de la provincia de Castellón. Teresa Gauchía Simó, que tan solo hace unos días (el pasado 15 de mayo) cumplía los 111 años. Ahora, ha dejado de respirar, para convertirse en una historia silenciosa.

Desde el 2009, cuando se empadronó en Villahermosa del Río, había vivido en la residencia San Antonio Abad del municipio. Sus últimos años los pasó privada de muchas realidades porque ni veía, ni podía casi oír.

Fue una mujer, esposa de militar, que vivió muchos momentos duros tanto personales como sociales. La guerra civil la sufrió en primera persona. Y de su larga vida nacieron cuatro hijos, a los que se le añaden cinco tataranietos, ocho biznietos y 10 nietos.

«Su tiempo ha sido entrega a todos y ese tiempo le ha querido hacer justicia regalándole una prolongada e inusual ancianidad», reconocían sus seres queridos. Deja un gran vacío en la residencia de Villahermosa donde todos --desde cuidadoras hasta residentes-- le tenían gran estima.

MOMENTOS DESTACADOS // En estos últimos años de vida, Teresa recibió el homenaje de los suyos. Cada cumpleaños era una gran fiesta para la residencia y los ancianos que convivían con ella.

El pasado año, la diputada de Acción Social, Elena Vicente Ruiz; y el alcalde de Villahermosa y diputado, Luis Rubio, acompañaron a Gauchía en esta celebración tan importante. Vicente Ruiz destacó de Teresa que «era una lección de vida de una persona que ha vivido tanto de nuestra historia provincial».

El obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, estuvo con ella en febrero y le dio su bendición, con motivo de su visita pastoral a la parroquia de Villahermosa del Río.

«Los últimos días se fue apagando como una vela, hasta que ayer por la mañana nos dejó», señalaba la responsable del centro geriátrico en el que residía.