El FIB contará en su 23ª edición, que llega ya la semana que viene, del 13 al 16 de julio, con el mayor dispositivo de seguridad de la historia de los festivales en la provincia. El objetivo es prevenir y tratar de garantizar que el evento transcurra con normalidad, por la previsión de 50.000 asistentes diarios y ante la alarma internacional terrorista.

Así lo explicaron ayer el subdelegado del Gobierno en Castellón, David Barelles; y la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, tras una junta local de seguridad de coordinación de todos los cuerpos implicados, que tuvo lugar, por la mañana, en la Casa Abadía (oficina de turismo).

Aunque no quisieron concretar el número de efectivos que velarán por la vigilancia y protección, sí anunciaron que solo en el caso de la Guardia Civil «se han incrementado en un 30%».

PREVENCIÓN // Barelles destacó que «no tenemos ningún riesgo ni amenaza directa, pero no estamos exentos de ella»; mientras que Marqués apuntó que «la prevención es la mejor arma». El refuerzo en seguridad responde, según el subdelegado, a que se trata «de un público mayoritariamente inglés, que ha sufrido actos terroristas en su país y tiene preocupación por lo que suceda en el interior del recinto, por lo que la organización también ha aumentado su número de efectivos, pues está muy concienciada». De hecho, se realizarán unos registros exhaustivos en las zonas de acampada, que van a alojar a unas 15.000 personas y que abrirán el lunes, a las 9.00 h. y este año habrá otro párking.

El director del FIB, Melvin Benn, ya anunció que se va a activar el mismo protocolo que está llevando a cabo en los más de diez festivales que gestiona.

ÁREA DE SEGURIDAD // Entre las novedades, destaca el área de seguridad habilitada en todo el perímetro del recinto de conciertos. El aparcamiento principal estará en la zona norte y su acceso se realizará mediante la carretera del Desert, de modo la entrada al recinto para los usuarios será estrictamente caminando.

También controlarán viales, playas y casco urbano. Y estará prohibida la entrada de mochilas y bolsas de mayor tamaño que un folio A-4 para agilizar registros.

La munícipe hizo hincapié en la puesta en marcha «de una campaña de sensibilización ciudadana para priorizar la llegada a Benicàssim con transporte público para evitar atascos y ganar seguridad y calidad de la estancia», así como recomienda a los que vayan en coche que «lo hagan con la antelación suficiente».