El cielo del paraje natural del Prat Cabanes-Torreblanca contó ayer con un visitante inusual. Un helicóptero fumigó durante la mañana este espacio natural con el fin de combatir los mosquitos y minimizar las molestias ocasionadas por estos insectos. Una acción que se suma a los tratamientos desde tierra que se realizan durante todo el año en la zona.

La intervención aérea resultó un «éxito», tal y como confirmaron fuentes de los ayuntamientos de los dos municipios que comparten este punto de gran riqueza ecológica. A pesar de ello, la concejala de Medio Ambiente de Cabanes, Dolores Torreblanca, no descarta nuevos vuelos. «Dependiendo de la evolución del verano, las precipitaciones y de cómo afecta el calor, sobre finales de septiembre y principios de octubre valoraremos repetir las fumigaciones desde el aire», apuntó.

Su homólogo de Torreblanca, Carlos García, destacó: «Tras los esfuerzos realizados hemos conseguido que se actúe con un helicóptero, unos trabajos que este año consideramos necesarios, ya que las lluvias han impedido que los procedimientos preventivos por tierra abarquen todo el territorio». Además, el edil señaló que gracias a este medio aéreo han localizado «balsas proclives a la reproducción de los dípteros» que sabían que estaban, pero «no su ubicación exacta», concretó.

BACTERIA CONTRA INSECTO

La fumigación consistió en el lanzamiento de agua acompañada de la bacteria bacillus, una operación autorizada para los parques naturales que daña a los mosquitos, evita su proliferación y tiene un impacto mínimo en el medio ambiente. También se siguió un protocolo, con la participación de técnicos de Salud Pública, para que las tareas no afectaran a las personas. «Es un tema delicado, de mucha responsabilidad, por lo que atendemos lo que nos exigen desde las conselleries de Medio Ambiente y Sanidad», tal y como recordó Torreblanca.

La concejala quiso remarcar que les «alegra que se haya encontrado el camino para realizar una actuación que beneficie a la salud de los ciudadanos a la vez que causa el mínimo impacto al medio ambiente del Prat».

La utilización de un helicóptero fue, por lo tanto, el último recurso, al haber destinado todos los esfuerzos para intentar prevenir la plaga con tratamientos desde tierra y tras conseguir la autorización del Consell. El pasado 2016, a pesar de las peticiones, no se utilizó este sistema. Anteriormente, las tareas de este tipo fueron mediante avionetas.

CAMPAÑAS

Después de este plan contra las larvas, las revisiones seguirán «cada dos días, vigilando los puntos donde pueden proliferar los insectos y realizando actuaciones terrestres», recordó García. El área municipal que dirige desarrolla regularmente campañas de concienciación y formación con folletos informativos, charlas o talleres para fomentar la colaboración ciudadana y atender las peticiones de los vecinos contra los mosquitos.

El Prat de Cabanes-Torreblanca es otro foco para estos dípteros, con 866 hectáreas que comparten las dos localidades.