Almassora está ligado al hierro de El Parralejo a través de los éxitos cosechados por su vecino Jonathan Blázquez Varea en su época de novillero. Esas tardes de triunfo en los ruedos no se repitieron ayer en el coso almazorense. Y eso que Paellero, que abrió la cuarta tarde del Roser, quería plaza. Quizá esperando a Varea.

Lo cierto es que el torero local no estaba en cartel y fue Julián Marín quien, a las 18.00 horas, se ponía frente a la puerta grande. El animal, patrocinado por El Comboi y marcado con el número 42, no consintió salir de la plaza Mayor, a pesar de los múltiples intentos de los rodaors. Quince minutos más tarde, el del Parralejo salió a las calles por la calle d’Eiximeno y estuvo por la parte baja del recinto.

La Picaora y calles adyacentes, que habían quedado huérfanas de toro en la primera parte de la exhibición, se tomaron la revancha con la salida del segundo ejemplar de la tarde, de la ganadería Virgen María y financiado por la ACT La Picaora y El Porrat.

A Jacaranda lo esperaron al alimón, frente al cadafal del Ayuntamiento, Frisco y Raulillo, pero el número 2 les hizo caso omiso y empezó a dar vueltas por las principales calles de la Vila.

Hoy llegará el esperado toro de Partido de Resino, que se exhibirá a partir de las 18.00 horas.