El 3 de diciembre de 1992, 62 personas procedentes de la antigua Yugoslavia llegaron a Almassora, donde fueron acogidas como refugiadas e instaladas en el albergue municipal de Santa Quitèria. La entrega de la población para que estas 16 familias tuviesen ropa y alimentos, pero también se sintiesen como en casa, resultó ejemplar. Esos gestos de humanidad fueron los que ayer, 25 años después, quiso celebrar el Ayuntamiento de la localidad con un homenaje tanto a acogidos y como a acogedores.

La edila de Servicios Sociales, Diana Belliure; y la portavoz de la comunidad Bosnia, Svetlana Krznaric, descubrieron la placa conmemorativa que lucirá a las puertas de la instalación en la que se alojaron los primeros meses. Un nutrido grupo ciudadanos asistió a un emotivo evento a las puertas del ermitorio, que también sirvió como lugar de encuentro para aquellos que llevaban mucho tiempo sin verse.

GRATO RECUERDO / «Vuestra actitud de agradecimiento, vuestro afán de integración y vuestro trabajo por contribuir a hacer crecer el municipio han sido fundamentales para que vecinas y vecinos guardemos un grato recuerdo de vuestro paso por aquí», recordó la primera teniente de alcaldesa, Susanna Nicolau. Por su parte, Belliure aseguró que aquellos hechos fueron «un ejemplo de generosidad y expresan nuestra voluntad de que todas las personas tengan garantizado el derecho de recibir asilo en otro país en caso de sufrir conflictos armados».

En representación de la población bosnia, Krznaric resaltó que «siempre hemos podido contar con vosotros, con vuestra ayuda». «Os queremos dar las gracias por brindarnos este homenaje, que para nosotros es un honor» incidió. «Tenemos diferentes puntos de vista hacia Santa Quitèria, pero este es un sitio al que debemos mucho respeto y que siempre será el primer paso hacia nuestra nueva vida», señaló la portavoz.

El departamento de Servicios Sociales ha integrado estos actos dentro del programa Almassora, terra d’acollida, a través del cual reivindica los derechos de la personas refugiadas con actividades que se extendieron todo el fin de semana. Los alumnos de los IES Álvaro Falomir y Vila-roja protagonizaron el viernes la pieza La veu del poble. La III Fira Associativa d’ONG se celebró el sábado por la mañana en la plaza Pere Cornell, donde los más pequeños pudieron disfrutar de una jornada de juegos por la igualdad y donde cerró la mañana un espectáculo de danzas. También se inauguró una exposición fotográfica, que cuenta con notable éxito.