Uno de los puntos más conocidos del casco antiguo de Peñíscola es el Bufador. Una abertura natural entre las rocas, que expulsa agua del mar en días de fuerte oleaje. Este domingo, numerosos visitantes descubrieron el fenómeno, que causó sensación durante toda la mañana. El rugido del Mediterráneo no era apreciado en este espacio con tanta fuerza desde enero del 2017, cuando un gran temporal afectó a toda la costa de Castellón.