La Semana de la Ciencia de Benicarló volvió a demostrar ayer su capacidad de convocatoria con una de las ponencias más esperadas. Joan Bertran Llavina disertó sobre el uso que se da a los fondos recaudados por las conocidas pulseras Candela. El investigador y CEO de la empresa Cebiotex explicó el destino de esta iniciativa nacida en Benicarló, gracias a las niñas Candela, Mariona y Daniela quienes, a través de la confección y venta de estos objetos, han generado más de un millón de euros para la lucha contra el cáncer infantil. Una idea que fue reconocida con un galardón de la Unicef.

Durante más de ocho años, Bertran ha dedicado sus esfuerzos en las nanofibras orientadas al uso biomédico, que permiten inocular en el organismo 1.000 veces más la cantidad de medicamento que se introduce en las quimios, pero con un nivel de toxicidad prácticamente nulo. Su mayor motivación, confesó, «es ofrecer soluciones médicas a la lucha contra los tumores en los menores».

Además de este ejemplo, el dinero conseguido va destinado al equipo oncológico del Hospital Sant Joan de Déu --donde Candela Romero recibió el tratamiento contra la leucemia--, y para impulsar un laboratorio dedicado exclusivamente al cáncer infantil, con seis líneas de investigación y 27 profesionales.

La sesión, celebrada en la Fundació Caixa Benicarló, siguió con la entrega del premio del concurso de fotografía, una de las novedades de esta cita que organiza la entidad Abacs. Más tarde, fue el turno de Javier Fernández Panadero, que cerró las charlas con Cómo Einstein por su casa, la brico-ciencia para todos. Hoy llega la clausura con el espectáculo Ciencia Club Clown y sus experimentos.