La junta directiva del Club Natació Vinaròs planteará mañana, en una asamblea para sus socios, si la entidad sigue entrenando en la piscina vinarocense o se marcha a la vecina localidad de Alcanar (Tarragona). La decisión se debe, según explica el presidente del club, Manuel Ramírez, a que la empresa Servol, que es la gestora de la instalación, comunicó a la entidad la decisión de subir la cuota anual un 15%, por lo que pasaría de 34.000 a pagar más de 39.000 euros.

Ramírez detalla que la opción de la población catalana, a expensas de conocer exactamente los horarios de entrenamiento, «es más económica y la infraestructura, más moderna», pero el hecho de desplazarse a esta localidad, que se encuentra a 10 kilómetros de la capital del Baix Maestrat, es la principal desventaja. La alternativa de continuar en Vinaròs tampoco se descarta, aunque desde el club, entre otras mejoras, solicitan horarios más favorables para que los 130 nadadores con los que se cuenta puedan compatibilizar sus obligaciones de estudio con la práctica del deporte, como destaca Ramírez.

El presidente del Club Natació Vinaròs también indica que aún están abiertas las negociaciones con la empresa «a la espera de una solución». «Queremos permanecer en casa, pero cada vez nos lo ponen más difícil», añade el representante.

un proyecto del año 2009 // Vinaròs tenía previsto invertir en una piscina municipal dentro de los proyectos incluidos en el plan Confianza en el ejercicio 2009. Después de varios años sin materializarse, en el 2013 el PP sustituyó este proyecto por el de un carril lúdico a la ermita, apoyándose en unos informes técnicos que la calificaban de inviable.

Tras el acceso al gobierno de Tots i totes Som Vinaròs, PSPV y Compromís, se firmó el pacto local por la natación, que recuperaba la piscina. El PP presentó un recurso al juzgado de lo contencioso administrativo, al aprobarse el trámite sin la documentación requerida y tras asegurar el alcalde, Enric Pla, en sesión plenaria que sí que estaba. El juzgado tumbo el acuerdo.