La Conselleria de Educación se comprometió ayer a poner en marcha un aulario en Torrechiva el próximo curso escolar, siempre que exista un mínimo de tres alumnos y que el Ayuntamiento habilite un espacio para el mismo. Así se puso encima de la mesa en la reunión que mantuvo el director territorial, Robert Roig, con Cristina Amela, la vecina de este municipio cuya hija acude a un colegio en Onda y denunció que le habían vetado las becas de transporte y comedor escolar por acudir a la escuela que no le correspondería, y prohibido subir al bus habilitado por la Generalitat, pese a pagar el billete.

En el encuentro, convocado el miércoles para «buscar una solución» al conflicto actual y garantizar el bien de la menor, también estuvieron presentes el responsable de transporte escolar de Castellón y la inspectora educativa de la zona de Onda.

Mientras tanto, durante este curso y con la normativa en la mano, le explicaron que para que la pequeña reciba las ayudas debe trasladarla de centro. «Si la cambio a un colegio de Fanzara, el pueblo más cercano a Torrechiva, me cubrirán los gastos del minibús y de la comida, y si me quedo en el Pío XII, tengo que asumirlo yo y no me dejan ni que siga abonando el autocar para que la lleven porque yo no tengo coche», lamenta la afectada. Amela añade que no tomará una decisión al respecto «hasta que desde Conselleria se comprometan por escrito a que en septiembre del ejercicio que viene habrá maestros en Torrechiva».

En términos similares se pronuncia el alcalde de esta pequeña población del Alto Mijares que no cuenta con colegio y que desde el primer momento ha brindado su apoyo a esta madre. «Si vamos a gastarnos el dinero en habilitar un aula en el consistorio y más adelante contemplamos incluir un espacio en el plan urbanístico para crear instalaciones educativas, con el apoyo de la Diputación, que sea un acuerdo firmado, porque en el 2019 hay elecciones y las palabras se las lleva el viento», expone Esteban Salas.

Respecto a la opción del cambio de colegio, el primer edil asegura que el consistorio «ayudará a la madre, que es quien debe tomar la decisión, en todo lo que pueda y está dispuesto a asumir todos los gastos». No obstante, Salas lamenta la falta de sensibilidad del Consell «por no permitir que la menor pueda seguir utilizando el bus escolar». «Tanto hablar de medidas contra la despoblación y cuando llega el momento, nada de nada», añade.