Presidencia de la Generalitat presentó ayer en Nules la brigada antimosquitos con la que pretenden «apoyar» a los ayuntamientos de la provincia de Castellón en su batalla contra la proliferación de estos insectos que, en los últimos años, se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza para muchos gobiernos locales. Tras las expectativas creadas, finalmente solo son tres vehículos (un pick up con depósito con bomba propulsora y manguera y dos tipo quad). A ellos se une un coche para trasladar a dos personas equipadas con mochila para realizar las fumigaciones.

El representante de la Dirección Territorial de Emergencias, Roberto Álvaro, explicó que esta es una primera apuesta que tiene como único objetivo «controlar las larvas», de manera que no se repitan las incidencias de los últimos meses que, como insistió, «no negamos», aunque matizó que «no se trata de un mosquito que suponga una alerta sanitaria ni que genere una plaga en la agricultura», lo que requeriría de otro tipo de intervenciones.

SIN EXTINCIÓN

El Gobierno autonómico entiende que se trata de lograr que «los ciudadanos no sufran estas molestias» por un comportamiento «excepcional» de un insecto «que ha estado siempre en la marjalería y seguirá existiendo», porque «no pretendemos extinguirlo», al depender del mismo la alimentación de muchos animales. «Lo que se necesita es un control para que no afecten a las personas», afirmó.

El de ayer fue un acto de mera demostración pública de medios. Como el representante de la dirección territorial reconoció, «ahora no hay larvas», pero desde su punto de vista, «lo más recomendable sería que este tipo de acciones se mantuvieran». La brigada está lista para cuando se produzcan nuevos episodios de lluvias y altas temperaturas, pues «ya tienen el producto e intervendrán en cuanto se detecten».

Con todo, fue contundente al señalar que, aunque la pretensión del Consell es que estos episodios de proliferación excepcional de mosquitos no vuelvan a producirse, «no podemos garantizar al 100% que vaya a ser así, porque depende de muchas circunstancias. Son ciclos de la naturaleza que irán a más como consecuencia del cambio climático», lo que influirá también en el aumento de estos dípteros.

SIN AVIONETAS

Sobre la negativa a recurrir a fumigaciones aéreas, Roberto Álvaro insistió en que «hemos explicado muchas veces que se trata de una cuestión de normativa comunitaria», que tiene que ver con que estos tratamientos «no discriminan ni son tan efectivos para controlar las larvas», que es la prioridad.

En cualquier caso, afirmó que «no se ha descartado al 100%. Se trata de tomar decisiones de sentido común, en algún lugar puntual donde no se pueda acceder, podría recurrirse a un helicóptero». Aunque estas medidas dependen «de la valoración del riesgo», como que fuera una especie que transmitiera enfermedades.

Con todo, Álvaro incidió en que la Conselleria valorará sobre el terreno si los medios contratados son suficientes para abordar y frenar la problemática.