Las muchas familias que viven del sector de la pesca en Peñíscola festejaron ayer la jornada de su patrón, Sant Pere, con la tradicional misa y la procesión marinera. Además, como ya es costumbre desde los comienzos de esta década, se procedió al recuerdo por las personas fallecidas en el temporal de 1911, con la entrega de una corona de laurel en el monumento dedicado a su memoria en la entrada del puerto, y el disparo de 27 salvas, tantas como víctimas dejó esa catástrofe.

Lamentablemente, los hechos negativos estuvieron presentes en la celebración, ya que el patrón mayor de la cofradía, Miguel Castell, tuvo un recuerdo para las dos embarcaciones que en los últimos meses han quedado destruídas. Una de ellas, a finales del pasado año, embarrancó contra la escollera, mientras que este mismo mes, otra se hundió por un pavoroso incendio. «Hemos tenido dos pérdidas muy importantes, pero al menos podemos dar las gracias porque no tuvimos que lamentar daños personales», comentó ante los asistentes.

DE ESTRENO / Las autoridades locales estuvieron presentes en los actos, y el nuevo presidente de la Diputación, José Martí, se sumó a la fiesta en el momento del homenaje a los fallecidos del pasado siglo. Junto a él hubo otra representante socialista en esta institución, la concejala de Càlig Ruth Sanz. En este día también hubo reconocimientos a restaurantes que apuestan por el uso del pescado de la lonja local.