La alcaldesa de Orpesa, María Jiménez, mostró ayer su solidaridad con su homóloga en Cabanes, Virginia Martí, por la medida tomada de cerrar la carretera de Miravet (CV-148), justo en época estival, en aras de la seguridad vial, y urgió su pronta adecuación. La munícipe manifestó «estar de acuerdo» con la restricción al tráfico y puntualizó que la alternativa para conectar la costa y el interior, la vía de la Ribera, está apenas a unos tres kilómetros de la afectada, lo que no supone un importante agravio turístico.

El vial presenta importantes socavones que ponen en peligro la circulación, por lo que el Ayuntamiento de Cabanes, tras recibir un informe de la Guardia Civil, optó por restringir la circulación de una manera indefinida.

Por su parte, Martí manifestó su disconformidad con la forma en la que la Diputación de Castellón procedió en el 2018 a cambiar la titularidad el tramo afectado, de siete kilómetros. Según explica la munícipe, la administración provincial habría cedido esa parte de la vía al consistorio sin adecuar el firme. «El decreto de carreteras especifica que las cesiones se tienen que hacer con los viales en buenas condiciones», indica la primera edila.

Esta circunstancia ha propiciado que la institución local no haya formalizado aún la recepción de la misma. «Se presentaron alegaciones porque no estábamos conforme y, por ello, la cesión no se ha hecho efectiva», dice la también diputada provincial. «No es justo que asumamos un gasto que, de origen, debería haber costeado la administración supramunicipal», defiende.