Pasear ayer por las calles de Suera se convirtió en toda una oportunidad para viajar al pasado y conocer de primera mano los orígenes de la localidad. Los vecinos tomaron las calles del municipio llenándolas de representaciones muy diversas: viejos oficios, herramientas de labranza, costumbres, personajes de la vida social e, incluso, una muestra de la gastronomía local de entonces, haciendo a los presentes testigos de las recetas que han trascendido de generación en generación o de la elaboración de un queso de forma artesanal, por ejemplo.

Esta muestra etnológica, bautizada como Suera, un poble al carrer, se ha convertido tras 24 años en una de las citas más destacadas de la provincia durante las fiestas navideñas, que ayer fue el preludio perfecto a la llegada por la noche de los tres Reyes Magos de Oriente. Y es que la jornada siempre se mantiene en el calendario el domingo anterior a la festividad de Reyes, que al coincidir en esta ocasión con la cabalgata logró que adquiriera su máximo esplendor.

Los actos arrancaron a primera hora de la mañana con la toma de las calles por los vecinos y sus exhibiciones de oficios y vestidos populares. La concentración de todos ellos en la plaza de la localidad y el pregón del alcalde y actual presidente de la Diputación, José Martí, llamando a la fiesta dieron inicio a esta intensa jornada festiva.

Productos locales

Los visitantes no solo pudieron conocer la gastronomía local, sino que también tuvieron ocasión de degustar sus productos. Durante todo el día se ofrecieron buñuelos, calabaza al horno o las populares orelletes y figues albardaes, además de poder visitar las tabernas y comprar las elaboraciones típicas en la panadería, la carnicería, la tienda de mieles u otros comercios.

Durante todo el día, personajes típicos e históricos animaron a los presentes dinamizando la muestra. Por las calles de Suera se pudo ver al tratante de caballerías, un grupo de niños de camino a la escuela y jugando, la mujer con la tina en la cabeza, el pollero o el sereno, cuyo papel asumió el propio José Martí. «El pueblo ofrece lo mejor de sus costumbres y tradiciones, recuperando su ayer para ganar el mañana», destacó el circunstancial sereno de Suera, que era la primera vez que asumía el papel desde que lidera la Diputación.

Representación teatral

La fiesta no se acabó con la puesta de sol, ya que al llegar la noche un campesino alertó a la población de la presencia lejana de un incendio, razón por la que en la plaza del pueblo se tocó a fuego. Así comenzó la representación teatral de Els Reis Mags de Suera, con el traslado de todos los vecinos a la entrada del municipio para contemplar como, entre las antorchas de sus pajes, avanzaban Melchor, Gaspar y Baltasar.

Sus Majestades fueron recibidos por el alcalde y, de nuevo en el centro del municipio, realizaron la adoración a la figura de Jesús, representada cada año por el último bebé nacido en el lugar. Tras ello, llegó el momento más esperado por los niños: el reparto de los regalos.