La desembocadura del río Millars volvió a estar conectada de nuevo con el mar Mediterráneo ante el aumento del caudal, lo que atrajo hasta el lugar a un gran número de pescadores aprovechando el suceso y la presencia de peces.

El desembalse técnico realizado por la Confederación Hidrográfica del Júcar en el pantano del Sitjar de Onda, tras la acumulación de agua durante las precipitaciones del temporal Gloria, permitió romper el cordón de dunas de cantos que hasta ahora cortaban el transcurso del agua en la playa de les Goles.

Este hecho provocó que en la zona donde confluyen las aguas dulces y saladas se acumulen muchas lubinas y doradas, dos especies muy apreciadas en la pesca.

No obstante, además de congregar a pescadores aficionados con su caña, también reunió en los alrededores a embarcaciones que practican la modalidad del transmallo de arte menor.

Según explicaron desde el consorcio, esta situación es inmejorable para fomentar la biodiversidad marina y favorecer al sector pesquero de la zona.