Tres años después del polémico cambio de direcciones en las calles que integran la Vila de Nules, como paso previo a una peatonalización que todavía no se ha producido, el Ayuntamiento ha concretado una nueva modificación en el sentido de la circulación de dos de los viales afectados, el de San Antonio y el de Mare de Déu del Rosari.

Fue en noviembre del 2017 cuando el equipo de gobierno formado por PSOE, Més Nules, IPN y CCD, decidieron que el paso previo lógico al cierre al tráfico definitivo del casco antiguo de la población era modificar la distribución de la Vila, convirtiendo todas sus calles en opciones de salida, a excepción de dos entradas.

Esta decisión, que finalmente no ha llevado al propósito que la motivó, generó dificultades --que a día de hoy se mantienen-- para quienes circulan por la zona a la hora de acceder a viviendas y comercios, porque en algunos casos requiere de evidentes rodeos.

El alcalde y concejal de Seguridad y Policía Local, David García, explicó ayer que la modificación actual responde «a la solicitud realizada por los vecinos, una demanda que va acompañada de un informe policial que asegura que es una mejora para la seguridad de los peatones», lo que reconoce el riesgo hasta ahora.