La tripulación de la oenegé Open Arms, donde el barco estaba anclado en varadero sometiéndose a una importante reparación, debido al estado de alarma decretado por el Gobierno para contener el contagio de coronavirus.

La organización ha informado de que las restricciones de movimiento no han hecho suspender los trabajos de reparación del motor y el mantenimiento del barco que continúan llevando a cabo siguiendo los protocolos y recomendaciones sanitarias.

Por ello, han pedido el apoyo de la ciudadanía para "poder seguir adelante" y lograr el objetivo de la campaña de recaudación de fondos que lanzaron enero para conseguir entre 800.000 y dos millones de euros con los que reparar el barco o bien comprar una embarcación nueva.

"FRAGILIDAD DE LA VIDA"

"De repente sentimos en nuestra piel y en el de las personas cercanas la fragilidad de la vida, la importancia de proteger a los nuestros y de defender el bien común", ha señalado la oenegé en un comunicado.

Recuerda así que necesitan la colaboración ciudadana para "lograr un nuevo barco que proteja la vida de quienes abandonaron su hogar, ese que ahora nos sirve de escudo de protección, y a quienes les arrebataron todos sus derechos y su única salida es lanzarse a un mar convertido en fosa común".

"Aprendemos que la vida no entiende de fronteras, que es un derecho que debemos cuidar y proteger entre todos, que somos vulnerables y que los privilegios no nos protegen, sino que dejan expuestos a los más débiles", concluye la nota.