El pabellón B de la Garrofera de Almassora ya está listo para abrir sus puertas y dar servicio a los clubs y deportistas locales, en cuanto se levante la alarma sanitaria decretada a nivel nacional. El Ayuntamiento ha finalizado los trabajos de la reforma de las instalaciones y lo tiene todo preparado para su apertura en cuanto finalice el confinamiento.

«Se trata de una instalación imprescindible para que los clubs locales puedan recuperar su rutina de entrenamientos y partidos, y así atajar las molestias que les ha causado el cierre por las trabajos», explicó ayer el concejal del área, Sergio Gómez, quien añadió que «la localidad está a la espera de que los técnicos de la Conselleria de Educación fijen la fecha de la recepción de obras».

Las lluvias registradas en enero retrasaron los trabajos en esta infraestructura, cuya apertura estaba prevista entre finales de febrero o principios de marzo, pero que se ha visto condicionada por la situación de excepcionalidad que se vive en todo el país.

El pabellón estaba al servicio de las obras del colegio Regina Violant, ubicado al lado del recinto deportivo. El rápido progreso en la ejecución del CEIP permitió a los técnicos avanzar en los trabajos del interior de la pista, como pedía el Ayuntamiento en nombre de los clubs deportivos.

REFORMAS

Entre las mejoras incluidas está la pintura en blanco de la estructura metálica, la habilitación de cuatro puertas de acceso para ajustarse a la normativa de seguridad o la reparación de la cubierta para evitar goteras. Además, han ignifugado el edificio como medida antiincendios y han sustituido el alumbrado, que elimina la luz amarillenta que proyectaban los focos debido a la suciedad acumulada.

El cierre de las instalaciones deportivas a finales del 2016, debido a las obras del CEIP, generó gran malestar entre los clubs que entrenaban en este espacio, como es el caso del Club Balonmano y el Atlétic Bàsket, lo que les obligó a la búsqueda de alternativas para mantener su actividad. Y el consistorio inició los trámites para avanzar la intervención del recinto de la Garrofera con el fin de promover su apertura en el menor tiempo posible.

La entonces firma adjudicataria paralizó los trabajos y pidió sobrecostes, bloqueando el proyecto durante muchos meses, hasta que fue adjudicado de nuevo. Esto demoró el plan del pabellón, que afecta desde hace cerca de cuatro años a estas entidades deportivas y a otros usuarios.