Almassora avanza las obras de la Vila con la instalación del pavimento en la calle San Joaquín, que evitará caídas a los transeúntes. Los operarios de Grupo Ravi, empresa adjudicataria de los trabajos, instalan estos días el mosaico que forman las piedras de rodeno y Borriol a una única altura, sin bordillos, para garantizar la accesibilidad en el casco antiguo.

La alcaldesa, Merche Galí; y la concejala de Territorio, Carmina Martinavarro, visitaron la zona de obras junto al equipo municipal de Urbanismo para ver el avance de la reforma cofinanciada al 50% por los fondos Feder de la Unión Europea y el Ayuntamiento, y que ya deja ver el resultado provisional de la intervención. La pavimentación elegida, indicaron los técnicos, evitará las caídas que se repetían habitualmente en el casco antiguo.

Inversión de 442.000 €

En las próximas semanas comenzará el hormigonado de la plaza de la Iglesia para completar la actuación integral, valorada en 441.940,52 euros y que afecta a una superficie de 2.289,30 m2. En estos momentos, el tramo más avanzado es el situado en el eje central de la calle San Joaquín, entre las instersecciones de Sant Roc y Sant Cristòfol, donde ya es visible el nuevo pavimento.

Los trabajos suceden al remate en la red de drenaje, que ha permitido modernizar un sistema obsoleto por el paso del tiempo y la capacidad de absorción, y el posterior hormigonado del itinerario. Los operarios se distribuyen por zonas a lo largo de todo el trazado para acelerar al máximo la actuación y que cesen las molestias al vecindario después de varios meses de reforma.

Además de garantizar la accesibilidad universal, las obras dotarán de iluminación especial a la plaza de la Iglesia, junto a la fachada de la Natividad, para resaltarla respecto a la calle San Joaquín. El espacio quedará reservado al paso de transeúntes frente al tráfico rodado.